Al menos tres personas están desaparecidas en un pueblo montañoso del sur de Nuevo México, conocido como un destino turístico popular en verano, después de que las lluvias monzónicas provocaran inundaciones repentinas el martes, tan intensas que una casa entera fue arrastrada río abajo.
Los equipos de emergencia realizaron al menos 85 rescates acuáticos en la zona de Ruidoso, incluyendo a personas atrapadas en sus casas y automóviles, según Danielle Silva, del Departamento de Seguridad Nacional y Manejo de Emergencias de Nuevo México.
No se reportaron muertes de inmediato, pero Silva advirtió que el alcance total de la destrucción no se conocerá hasta que las aguas bajen.
“Sabíamos que íbamos a tener inundaciones… pero esta nos golpeó más fuerte de lo que esperábamos”, dijo el alcalde de Ruidoso, Lynn D. Crawford, durante un mensaje de radio la noche del martes.
Crawford también indicó que algunas personas fueron llevadas al hospital, aunque el número exacto no estaba claro. Instó a los residentes a llamar a la línea de emergencia si sus seres queridos o vecinos estaban desaparecidos.
Las inundaciones ocurrieron pocos días después de que otras en Texas dejaran más de 100 muertos y más de 160 desaparecidos.
En Nuevo México, las autoridades instaron a los residentes a buscar terrenos más altos el martes por la tarde, cuando las aguas del río Ruidoso subieron casi 6 metros (19 pies) en cuestión de minutos debido a las intensas lluvias. El Servicio Meteorológico Nacional emitió alertas de inundación para el área, que recientemente había perdido su vegetación a causa de incendios forestales.
Un medidor de inundaciones del servicio meteorológico y una cámara de video mostraron las turbulentas aguas del río Ruidoso desbordándose hacia el bosque circundante. Se cerraron calles y puentes como medida de precaución.
Kaitlyn Carpenter, una artista local, iba en motocicleta por el pueblo el martes por la tarde cuando comenzó la tormenta. Buscó refugio en Downshift Brewing Company junto con otras 50 personas. Mientras filmaba los escombros arrastrados por el río, vio pasar una casa con una puerta turquesa familiar. Pertenecía a la familia de una de sus mejores amigas.
Su amiga y su familia no estaban en la casa y están a salvo, aseguró Carpenter.
“He estado en esa casa y tengo recuerdos allí, así que verla bajar por el río fue realmente desgarrador”, dijo. “Simplemente no lo podía creer”.
También se reportaron caballos muertos cerca del hipódromo del pueblo, según el alcalde.
Dos equipos de rescate de la Guardia Nacional y varios equipos locales ya estaban en la zona cuando comenzaron las inundaciones, dijo Silva, y se esperaban más equipos.
La zona ha sido especialmente vulnerable a las inundaciones desde el verano de 2024, cuando los incendios South Fork y Salt destruyeron aproximadamente 1,400 casas y estructuras. Los residentes huyeron de las llamas solo para enfrentar inundaciones intensas más tarde ese mismo verano.
“Sabemos que los niveles de agua parecían ser más altos que los del verano pasado”, dijo Silva. “Es una cantidad significativa de agua fluyendo, en algunos casos por zonas que no se inundaron el año pasado”.
Matt DeMaria, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional en Albuquerque, explicó que las tormentas se formaron temprano en la tarde sobre un terreno quemado el año anterior por incendios forestales. La cicatriz de quemadura no pudo absorber mucha agua, lo que hizo que esta bajara rápidamente hacia el río.
Las mediciones preliminares indican que el río Ruidoso alcanzó más de 6 metros (20 pies), lo que sería un récord si se confirma, y estaba descendiendo al anochecer del martes.
Se abrieron tres refugios en la zona de Ruidoso para quienes no pudieron regresar a sus hogares.
La escena trajo recuerdos dolorosos para Carpenter, cuyo estudio de arte fue arrasado durante una inundación el año pasado. El aire olía a gasolina y se escuchaban fuertes golpes cuando el río derribaba árboles en su camino.
“Es bastante aterrador”, comentó.
Cory State, quien trabaja en Downshift Brewing Company, recibió a decenas de residentes mientras el río se desbordaba y el granizo golpeaba las ventanas. La casa que flotaba fue “solo una de las muchas cosas devastadoras del día”, dijo.
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